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Mostrando entradas de junio, 2009

Paja, arcilla y aceite

La casa está construida con paja, arcilla y aceite, anclada en el espacio vacío bajo la deslumbrante exactitud. Cruzan sílabas rotas en la mirada sin final, sostenida, perpleja en su desierto. Tú empujas la puerta entre dos luces y entras donde la distancia recupera penumbra y piedad.

Saint John Perse: Imágenes para Crusoe

LAS CAMPANAS Anciano de manos desnudas repuesto entre los hombres, ¡Crusoe! llorabas, imagino, cuando desde las torres de la Abadía, como un flujo, se derramaba el sollozo de las campanas sobre la Ciudad. . . ¡Oh Despojado! Llorabas recordando los rompientes bajo la luna; los silbos de más distantes riberas; las músicas extrañas que nacían y se asordaban bajo el ala cerrada de la noche, semejantes a los encadenados círculos que son las ondas de una concha, a la amplificación de clamores bajo la mar. EL MURO El lienzo de muro está enfrente, para conjurar el círculo de tu sueño. Pero la imagen lanza un grito. La cabeza contra una oreja del sillón grasiento, exploras tus dientes con tu lengua: el sabor de las grasas y las salsas infecta tus encías. Y sueñas con las nubes puras sobre tu isla, cuando el alba verde crece lúcida en el seno de las aguas misteriosas. Es el sudor de las savias en exilio, la suarda amarga de las plantas silicuosas, la insinuación acre de los manglares carnosos

Contrapunto: Saint John Perse

Fiel a su oficio, que es el de profundizar el misterio mismo del hombre, la poesía moderna se interna en una empresa cuya finalidad es perseguir la plena integración del hombre. No hay nada pítico en esta poesía. Tampoco nada puramente estético. No es arte de embalsamador ni de decorador. No cría perlas de cultivo ni comercia con simulacros ni emblemas, y no podría contentarse con ninguna fiesta musical. Traba alianza en su camino con la belleza -suprema alianza-, pero no hace de ella su fin ni su único alimento. Negándose a disociar el arte de la vida, y el amor del conocimiento, es acción, es pasión, es poder y es renovación que siempre desplaza los lindes. El amor es su hogar, la insumisión su ley, y su lugar está siempre en la anticipación. Nunca quiere ser ausencia ni rechazo. ….. “No temas”, dice la Historia, quitándose un día la máscara de violencia y haciendo con la mano levantada ese ademán conciliador de la Divinidad asiática en el momento más fuerte de su danza destructora.

A propósito de Panero

Acomoda el blanco del cuaderno al ritmo, la pausa, el sístole. Y procede a decirle a nadie el nombre de nada. Sólo cruje el roce dentro, por el tronco vacío, dentro de cavidad o cúpula o tubería, dentro, por los desagües, por el frío. Humean palabras en orillas de olores sucios chirriando ecos, filos, de noche.

Poemas de Panero

No sabiendo si existo no sabiendo a solas no sabiendo, rodeado de flores pálidas que habitan el cemento y la áurea paloma a la que embisto sin saber todavía si yo existo. ---- Bello es el pájaro azul de la ruina allí donde una reina en el espejo mira y Blancanieves pregunta si yo existo. ---- Inmóvil como la muerte es el poema y el pájaro fonema se desliza como un reptil sobre mi nombre ah pájaro cruel de la ruina que tras el bello árbol su mano ubica sabiendo por la hojas que yo existo.

TUA BLESA Y L. M. PANERO

...Sin embargo, por la poesía la palabra del vacío resulta ser palabra plena, la que pone en evidencia la palabra vacía -otro de sus nombres:palabrería; otro: habla común; otro: discurso oficial, autoritario- aquella que es desplazada y sustituida por el referente, por la cosa, a diferencia de la palabra poética que dicta la ley de la inexistencia de la cosa o, al menos, de su ocultamiento. Por ello, al verdadero poeta, de cuya escritura conoce que su ser es ser tan sólo un trazo en el viento, no le resta, en su aventura de decir, sino la errancia en busca del nombre, que jamás será tal, sino tan sólo una senhal, un producto de la catacresis; nunca un signo, sino un mero significante; una palabra o, dicho más propiamente, apariencia de palabra, a la espera de ser leída, a la espera de completarse, esto es, a la espera sin más, en un modo de espera en vano, espera sin esperanza alguna. Tua Blesa, epílogo a Teoría del miedo, Leopoldo María Panero, Ed. Igitur, 2000.

BÜCHNER y CELAN

"Sólo una cosa permanece, una belleza infinita que pasa de una forma a otra, eternamente desplegada, cambiante, pero ciertamente no se la puede retener siempre y exhibirla en museos y ponerla en música, y luego llamar a viejos y jóvenes y hacer que niños y ancianos se deleiten y charlen sobre ella. Hay que amar a la humanidad para penetrar en el ser propio de cada uno, a nadie debemos tener por demasiado humilde, por demasiado feo, sólo entonces podremos comprenderlos; el rostro más insignificante causa una impresión más profunda que la simple sensación de lo bello, y se puede hacer salir a las formas de sí mismas sin introducir en ellas nada copiado del exterior, donde no se siente vibrar ni palpitar vida, ningún músculo, ningún pulso." Del Lenz de Büchner, citado en La palabra tardía. Hacia Paul Celan . José M. Cuesta Abad, Ed. Trotta 2001

Sala para fumadores, Nicolás Valencia

Para descargar el libro pulsar aquí La única posibilidad que tenemos de encontrar cada uno de los mundos que nos están esperando es el retorno al Tiempo del Ensueño, el tiempo mágico que dio a luz a todos los mundos. Al Tiempo del Ensueño podemos volver porque nosotros mismos no somos más verdad que lo que decimos cuando cantamos. Existe una red de sendas y caminos a través de los vastos desiertos que solo el sueño es capaz de revelarnos. Nuestra supervivencia depende de saber encontrar estas rutas y seguir cantándonos juntos. El libro de Nicolás ya está en la calle, pero se hace difícil hablar de él. No es el momento, ahora es el libro el que quiere hablar, aquella palabra suya que se nos escondía, tiembla ahora entre nuestras manos, cuando él se nos escondió definitivamente. Yo sólo puedo traer aquí un párrafo del lúcido postfacio de Andrés Mencía y un par de poemas. El que Andrés cita como uno de los poemas centrales del libro, y ese Donde te dejo en el cual Nicolás roza con la s