Acomoda el blanco del cuaderno
al ritmo, la pausa, el sístole.
Y procede a decirle a nadie
el nombre de nada.
Sólo cruje el roce dentro,
por el tronco vacío,
dentro
de cavidad o cúpula o tubería,
dentro,
por los desagües, por el frío.
Humean palabras en orillas
de olores sucios
chirriando ecos, filos, de noche.
al ritmo, la pausa, el sístole.
Y procede a decirle a nadie
el nombre de nada.
Sólo cruje el roce dentro,
por el tronco vacío,
dentro
de cavidad o cúpula o tubería,
dentro,
por los desagües, por el frío.
Humean palabras en orillas
de olores sucios
chirriando ecos, filos, de noche.