Despacio, en el despacio de ir escribiendo-lo como quien se roza, las manos, el muro, la aspereza de un instante más cruzado, lo crudo, el tronco y la espiga, el cántaro a chorros, el caerse del aire y el frescor también, lo que no se queda hecho irse en el agua y también en el pisar, en el ir pisando eso húmedo estremecidos, lo que deja el día hecho sol en las baldosas y atardecidos, así, a golpe de un poco más despacio, borrándose las huellas y escribiendo su roce de apenas viento en las briznas y en las telas de cada carne o cuerpo. O más bien cuerpo. (Hilos rotos)