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Henry Meschonnic: COMPASIÓN EN HEBREO


El poeta francés Henry Meschonnic me mantiene deslumbrado desde primera hora con su indagación sobre la importancia del lenguaje y las diversas maneras de manejarlo. Una de estas maneras se puede llamar realismo lógico, allí donde se considera que a las palabras corresponde una esencia. Piensen en humanidad, por ejemplo, y los distintos individuos que la forman serían entonces meros fragmentos de ese esencia.
Pero hay otra manera de acercarse. Él la llama nominalismo: las palabras sirven para nombrar cosas. Está primero lo que son los individuos, uno a uno, y la humanidad no sería más que una abstracción para decir un conjunto de individuos muy concretos.
Esto no es un mero juego académico, tiene sus consecuencias éticas. “La esencialización es una masificación. Es etimologicamente el fascismo del pensamiento.”
Detalle revelador es el que cuenta Meschonnic sobre la masacre de los camboyanos por parte de los Khemers rojos: antes matar le sacaban a los individuos su documento de identidad. Así lo único que mataban eran fragmentos del Enemigo en nombre de la Revolución.
Sólo hay que aguzar el oído y de pronto las grandes palabras revelan intenciones escondidas, en quienes se llenan la boca con ellas. Por ejemplo: ¿existe eso de la Democracia, el Progreso, la Nación que llena tantos discursos del poder, existe así con mayúsculas ?
Pero yo vengo a decir esto aquí solamente por la hermosura de una palabra hebrea que aporta Meschonnic, traductor de la Biblia, buscador de un ritmo escondido en los textos bíblicos, y que las traducciones oficiales desde siempre han escamoteado, un ritmo que conecta con lo sagrado cósmico.
Habla este autor de la formación de abstractos, y nombra ejemplos como la vida. La vida es haim en hebreo, plural de hai, vivo. Lo que muestra esta palabra, vida, es que primero son los vivos, uno a uno.
Otro ejemplo especialmente hermoso es la palabra rahamin, misericordia o compasión, que es plural de rehem, que significa útero o matriz. De esta forma, el plural de matriz designa en hebreo los sentimientos de una madre por lo que salió de su vientre. Y así cuando alguien tradujo una frase de los Salmos que dice: “no cierres tus matrices”, traduce Meschonnic: “no me cerrarás las ternuras de tu vientre.” Tu compasión.
La importancia del lenguaje, de entenderlo adecuadamente.
Claro que estaba dicho en un sutra hace tanto tiempo algo que es el fondo y la raíz irrebatible de todo esto, pero no corresponde a este escrito ni a quien lo escribe entrar en ello: “...todas las mentes no son mentes, se llaman mentes”, o en otro sutra, aquello de mantenerse “...lejos del dominio de las palabras.”