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EL CANTAR DE LOS CANTARES




Coger al azar un libro de la estantería, ah, Mahmud Darwix, ¡cuánto tiempo! amarrarlo bajo el brazo, se siente en los dedos ateridos la nieve próxima, tomar café en el único bar del pueblo, en los dedos el calor de la taza, leer un solo poema, en los dedos el bendito calor... de un solo poema. Abandonar el bar, coger rumbo al aire frío de los sembrados en esta última hora de la tarde, llevar la nieve y la luz pegada a los dedos, la nieve y la luz de un solo poema, querer susurrar al oído de cada uno, ¿estáis ahí? decidme,  decid siempre a alguien. Querer apartar las telas de la tristeza, estos hilos de un tiempo derrotado y hundido en su herida, ese miedo cansado de los huesos, esa incertidumbre, querer susurrar al oído con tanta insistencia que parece que pudiera gritaros, aquí al oído, veis, veis aquí la nieve y la luz de este pequeño poema nacido, dónde nacido, qué fríos, qué dedos fríos en mitad de julio….
componed, componed siempre al final de una tarde cualquiera, una y otra vez, id a un rincón cualquiera de la noche, y componed, no dejéis de componer un Cantar de los Cantares…

….jazmín en las noches de julio, una canción

para dos extraños que se ven en una calle

que ya no lleva a ninguna parte…

Él: ¿Quién soy si ya he sido dos ojos almendrados?

Ella: ¿Quién soy si ya he sido tu exilio?

Bien, no removamos

la sal de antiguos mares en un cuerpo capaz de recordar…

Su cuerpo cálido lo confortaba,

y su cuerpo cálido la confortaba.

En desorden, dejan su amor

los amantes extraños, como ropa interior

entre flores de trapo…

_- Si en verdad eres mi amado, compón para mí

un Cantar de los Cantares, y graba mi nombre

en un granado de los jardines de Babilonia…

-Si en verdad me amas, pon

mi sueño en mis manos. Y dile a él, al hijo de María:

¿cómo nos hiciste lo que a ti?

Señor, ¿nos quedará justicia

para ser justos mañana?

-Mañana ¿cómo sanaré del jazmín?

-Mañana ¿cómo sanaré del jazmín?

Se apagan juntos entre las sombras que se borran

en el techo de la habitación: No te apagues

si ya has sido mis senos –le dice ella…

-Tus senos son una noche que alumbra lo esencial,

tus senos son una noche que me cubre de besos: al lugar y a mí

nos colma una noche que rebosa de la copa…

Ella se ríe de sus metáforas. Ríe y ríe

mientras oculta en su mano el declive de la noche…

-Mi amor, si pudiera

ser un chico… sería tú.

-Como yo de ser una muchacha

sería tú….

Mahmud Darwix, El Fénix Mortal