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TODO LO QUE TENGO

Todo lo que tengo presiente
su forma extraviada. 
No cabe nada más que correr
abriendo los brazos
sin preguntar.
Qué vas a preguntar debajo del agua,
de la tormenta rota, abierta, todo lo más
abierta que puede el cielo decirte.
Qué vas a preguntar entonces, corre.
Ha ocurrido: el gesto del tigre 
empujado por la ferocidad de mil vidas 
quiere borrarse en el agua.
Es la hora. Corre, corre, 
no dejes de correr hasta la ternura.