Aunque Reverdy es poco leído ahora, incluso en su tierra, es un poeta secreto que tiene lectores también secretos. Soy uno de ellos y con mis traducciones quisiera, sin disiparlo, extender ese secreto, compartirlo.
La figura de Reverdy es inseparable del movimiento cubista…Entre los poetas de esa época, fue el que estuvo más cerca de es tendencia, sin excluir al mismo Apollinaire. Sus poemas son estrictas composiciones en las que cada frase es una línea que converge con las otras para construir la totalidad de un objeto, su cara visible tanto como la invisible. Cubismo: objetividad y esencialidad. Ahora bien, el cuadro cubista es una estructura visual de relaciones espaciales; el poema de Reverdy es una organización verbal de relaciones temporales. Cada poema está concebido como un objeto, pero ese objeto no tiene cuerpo: es un instante, un fragmento de tiempo. El elemento temporal acerca la poesía de Reverdy al arte de otros poetas y pintores que buscaron en lo cotidiano lo insólito y aún lo sobrenatural. El tiempo es lo que vuelve singular –problemático o abismal- al espacio. La hendidura del tiempo en el espacio: boca de sombras.
En el poema de Apollinaire el tiempo transcurre, está en marcha; en el de Reverdy está fijo, inmovilizado: es una relación que une a dos o más realidades. La imagen poética, dijo alguna vez, es una relación y la imagen será tanto más justa y poderosa cuanto más alejadas entre sí estén esas realidades. Imagen: puente –pero puente temporal- entre una orilla y otra. El tiempo es la corriente que comunica una cosa con otra y a todas con el hombre. Percepción, concepción, figuración del objeto: por tiempo y en el tiempo sentimos, comprendemos e imaginamos a todas esas realidades que componen la realidad. El proceso es instantáneo: poema/flash que penetra en el corazón del tiempo por una fracción de segundo. Esa fracción de segundo es una cápsula de realidades que, al abrirse, se dispersan sobre el papel en una configuración de signos. Ahora que es la configuración del inacabamiento, aunque no le falte nada, porque muestra espacios en blanco, zonas nulas, hoyos, huecos, sombras. La elocuencia del poeta es su reticencia y el lector de Reverdy debe aprender a leer las pausas y los silencios.
…el francés fue un poeta del objeto interior y en su mundo, más intenso que extenso, las eternidades se llaman instantes y el infinito es una mancha de tinta vista a la luz de una lámpara.
Octavio Paz.
AIRE
Olvido
puerta cerrada
Sobre la tierra inclinada
Tiembla un árbol
Y solo
Canta un pájaro
Sobre el tejado
No hay más luz
Que el sol
Y los signos que hacen tus dedos
NACIMIENTO Y TEMPESTAD
Toda la faz redonda
En el confín sombrío del cielo
La espada
el mapamundi
bajo las cortinas del aire
Párpados más densos
En el cuarto al revés
Una nube se desmorona
La noche sale de un relámpago
SECRETO
Campana vacía
Pájaros muertos
En la casa donde todo se adormece
Las nueve
La tierra se queda inmóvil
Se diría que alguien suspira
Los árboles parecen sonreír
El agua tiembla en la punta de cada hoja
Una nube atraviesa la noche
Frente a la puerta canta un hombre
La ventana se abre sin ruido
PASILLO
Somos dos
En la misma línea donde todo se alinea
En los meandros de la noche
Hay una palabra en medio
Dos bocas que no se ven
Un ruido de pasos
Un cuerpo ligero se desliza hacia el otro
La puerta tiembla
Pasa una mano
Uno quisiera abrir
El rayo claro erguido
Allí frente a mí
Y lo que nos separa es el fuego
En la sombra donde tu perfil se pierde
Un minuto sin respirar
Al pasar tu aliento me ha quemado
SOBRE EL TALUD
El anochecer cierra una puerta
Estamos al borde del camino
En la sombra
cerca de un arroyo
donde todo confluye
Si hay todavía una luz
La línea marcha al infinito
El agua sube como polvo
El silencio cierra la noche
SALIDA
El horizonte se inclina
Los días son más largos
Viaje
Un corazón salta en una jaula
Un pájaro canta
Va a morir
Va a abrirse otra puerta
En el fondo del pasillo
Donde se enciende
Una estrella
Una mujer morena
La linterna del tren que arranca
MAÑANA
La fuente fluye en la plaza del puerto de verano
A través del agua brilla el sol sin arrugas
El murmullo de las voces se aleja más y más
Quedan todavía unos cuantos pedazos frescos
Yo escucho el ruido
Pero ellas ¿ adónde se han ido
Dónde están sus cestos floridos?
Los muros limitaban la profundidad del gentío
Y el viento dispersó las cabezas parleras
Las voces se han quedado más o menos iguales
Las palabras se posan en mis orejas
El menor grito las hace volar
TAL VEZ NADIE
La copa se redondea
Sol que nos alumbra
El cielo se entreabre
En un rincón del horizonte
Al caer las hojas hacen temblar la tierra
Y el viento que vagabundea alrededor de la casa habla
Alguien venía
Quizá por atrás
La noche formaba el fondo
Y uno se regresaba
Los árboles simulaban un canto
Una plegaria
Se tenía miedo a ser sorprendido
En el camino las sombras se doblaban
No se sabía qué pasaba
Tal vez no había nadie
Artículo y traducción: Octavio Paz, El signo y el garabato, Seix Barral, 1991