Primero te miro. Sólo eres un hueco con los ojos cerrados. Alargo la mano y cruzo el aire.
Entonces yo también empiezo a cerrar los ojos y me voy vaciando igual que tú.
No sé cómo pudo surgir ese latido, creciendo poco a poco sobre mi mano extendida, hasta que te hiciste pájaro caliente y temblón.
Entonces yo también empiezo a cerrar los ojos y me voy vaciando igual que tú.
No sé cómo pudo surgir ese latido, creciendo poco a poco sobre mi mano extendida, hasta que te hiciste pájaro caliente y temblón.