Detrás de las tapias manchadas
de verdín negruzco
hay un granado donde te detienes.
Su ramaje retuerce el silencio
y esconde en su interior
pequeñas llamaradas,
gritos inverosímiles.
La piel tersa del fruto se abre
con la misma generosidad
que la sabiduría
y dentro está el dulce,
sabroso lugar sin futuro.
de verdín negruzco
hay un granado donde te detienes.
Su ramaje retuerce el silencio
y esconde en su interior
pequeñas llamaradas,
gritos inverosímiles.
La piel tersa del fruto se abre
con la misma generosidad
que la sabiduría
y dentro está el dulce,
sabroso lugar sin futuro.